Egoísmo
El inmoderado y excesivo amor que uno se siente por si mismo
y que le hace atender desmedidamente a su propio interés, sin
cuidarse del de los otros es el egoísmo.
Los hombres somos naturalmente egoístas
nos amamos tanto a nosotros mismos que nos olvidamos de los demás,
y si esta omisión rebasa lo tolerable se convierte en egoísmo, horrible
vicio que transforma a quienes lo cultivan en seres odiosos y repulsivos.
Los niños rara vez comparten sus juguetes, porque el egoísmo en
embrión anida en sus corazones, pero mediante la educación del
carácter, y sobre todo el ejemplo del padre y de la madre, logran dominar
este sentimiento y volverse solidarios.
Como los celos, el egoísmo puede ser patológico, sintomático de
inseguridad, de falta de confianza en uno mismo.
Debemos amarnos, pero sin pisotear el interés ajeno
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