Get Adobe Flash player

ESCUCHANOS TAMBIEN POR


DESDE TU MOVIL

DEJAR SER A DIOS

Me pregunto: ¿Cómo Dios construye su santidad en nuestro pecado? Es precisamente cuando nos damos cuenta que “no son los sanos los que necesitan de un médico” cuando también, en nuestra enfermedad del pecado nos sentimos visitados y sanados por Jesús. ¿Qué quedará entonces para personas más enfermas que nosotros mismos? Pues nuestra oración y acercamiento: Cristo no se juntaba con los justos, sino con prostitutas y pecadores, porque él había venido a pescar esas almas en medio del mar y de la tempestad.
Mi alma ansía al Dios de la vida, quiere beber de sus aguas cristalinas, y advierte que por si misma no es capaz de nada. Pero el cómo de Dios en nuestra alma me doy cuenta, no nos pertenece, solo podemos “dejarlo hacer” y no estorbar con nuestro egoísmo o pedantería espiritual que a veces expresamos en sentencias dignas de rechazo por parte de nuestro Dios porque en el fondo quienes nos conocemos sabemos que no podemos decir nada bueno o malo acerca de alguien, ni formular ningún juicio con autoridad. 
“No juzgar” ni juzgar a los que juzgan, solamente tener temor de Dios, amarle, acercarnos a Él y pedirle que aparte su vista de nuestro pecado y que mire nuestra fe. Ciertamente a la manera de San Pablo podemos experimentar su fuerza en medio de nuestros pecados, y pedir a la Virgen que “ruegue por nosotros” y así sumergidos en su fe invencible creer también nosotros que la santidad es posible a pesar de nuestros pecados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario