Esta
es una historia como muchas, pero más original, porque la vida de cada persona
es única e irrepetible, podría tener semejanzas, pero nada se compara.
Hoy,
movido por el sentimiento más bello que es el AMOR, me atrevo a escribir este
relato; porque un día desperté y mientras muchas personas se dedican a pensar
en los triunfos que van atesorar en la vida, yo me di cuenta de que en el
momento en que nací de una mujer, alcancé mi mayor ¡VICTORIA!, porque tener una
mamita como la mía, no es cualquiera. Y hoy le rindo honor a ella por
sacrificarse continuamente, por abstenerse de muchas cosas que realmente se
merece y por traerme a este mundo y no haberme abortado.
Dicen
por ahí que cuando los hijos crecen, se olvidan de sus padres...Mentira!
¿Es
difícil creer que un hijo ame más a su madre que ella a su hijo?
No
lo crean imposible, yo por ejemplo, vivo en constante lucha por decidir con mi
mamita, cual de los dos se ama más.
Hay
veces recuerdo las veces que la he hecho sufrir; ya sea por travesuras,
palabras hirientes y actos. Entonces me pregunto: ¿Cómo puede una persona decir
amar a alguien y al mismo tiempo hacerle daño? y al ver la otra posición
siempre dispuesta a dar oportunidades, llego a la conclusión de que una madre
lo perdona todo. Hoy como otras veces te pido perdón mamita por algún dolor que
te haya causado y sin proponerme herirte, lo hice. Yo no tengo el don de la
poesía, pero quiero que sepas que en verdad lo que te escribo es desde lo más
profundo de mi corazón, sería casi imposible relatar aquí todo lo que has hecho
por mí, solo tu y yo lo sabemos.
Dicen
que no basta con el amor de los hijos, muchas veces hace falta el de pareja,
pero nunca crean que es el más duradero, el amor de un hijo (en este caso el
mío) es más sincero, más fiel.
Son
amores diferentes, es cierto y como me gustaría poder llenarte solo con el mío,
pero aunque se que no puedo, sé también que es el verdadero. Mi amor por ti
mamita no tiene límites y aunque nos hayan cortado el cordón umbilical
físicamente, éste permanecerá ahí por siempre, así como un botón y su ojal, se
necesitan mutuamente. Yo le doy gracias a Dios, porque muchos se pasan la vida
entera buscando su alma gemela, y yo te encontré a ti mamita, que eres mi Alma
Gemela Maternal. Gracias por ser mi amiga, mamá y muchas cosas más al mismo
tiempo, te prometo que tus sacrificios no van a ser en vano, porque algún día
te recompensaré.
¿Quieres
saber cuanto te amo?
"Si
la luna recibiera todo el amor que yo siento por ti...siempre estaría
llena"
¡Yo
te amo más de lo que tu me amas a mi...Gané!

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